El camino sigue y sigue…

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El camino sigue y sigue
desde la puerta.
El camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie decidido
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré?  No podría decirlo

(…)

El Camino sigue y sigue
desde la puerta.
El Camino ha ido muy lejos,
y que otros lo sigan si pueden.
Que ellos emprendan un nuevo viaje,
pero yo al fin con pies fatigados
me volveré a la taberna iluminada,
al encuentro del sueño y el reposo.

(…)

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Aun detrás del recodo quizá todavía esperen
un camino nuevo o una puerta secreta;
y aunque a menudo pasé sin detenerme,
al fin llegará un día en que iré caminando
por esos senderos escondidos que corren
al oeste de la Luna, al este del Sol.

 

acebeda_AntonioConstanza2

 

Los caminos siguen avanzando,
sobre rocas y bajo árboles,
por cuevas donde el sol no brilla,
por arroyos que el mar no encuentran,
sobre las nieves que el invierno siembra,
y entre las flores alegres de junio,
sobre la hierba y sobre la piedra,
bajo los montes a la luz de la luna.
Los caminos siguen avanzando
bajo las nubes, y las estrellas,
pero los pies que han echado a andar
regresan por fin al hogar lejano.
Los ojos que fuegos y espadas han visto,
y horrores en salones de piedra,
miran por fin las praderas verdes,
colinas y árboles conocidos.

 

Los fragmentos pertencen, lo habéis adivinado, a las canciones de viaje de El Señor de los Anillos y El Hobbit. Las he sacado de aquí.  Sirvan de homenaje a todos los que visitan nuestro blog, que este año ha alcanzado las 12.538 visitas totales y, este mes, más de 400 visitas solo en un día. ¡Gracias!

Batallitas de la agüela

¡Cof, cof!, Niiiño, no abaniques tanto el brasero que me da la tos… ayyys. A ver si nos compramos una catalítica de esas… ¡Aaah! ¿que ya no se estilan? ¡hayquejodese, tó lo güeno nos lo quitan!

Valle de Los Dos Lagos. Cocinilla de S. Kevin en primer término. Via: http://abandonedography.com/

En mis tiempos, cuando yo vivía en ese país tan al norte que a las cuatro de la tarde ya era de noche (en invierno) y a las cuatro la mañana de día (en verano)… Ay hijo, gracias, se agradece la rebequita estos dias, que no se sabe si ha salido el sol o qué. Ah, ¿que hoy hay un eclipse? ¡’nda kñ! Ya decía yo que no había amanecido y ya son las once… Sigue leyendo

Lecturas para caminantes

lectura para caminantes

Lecturas para caminantes

por Isidoro Merino

http://blogs.elpais.com/viajero-astuto/2015/03/lecturas-para-caminantes-15-libros-imprescindibles.html

«Los seres humanos pensamos gracias a los pies (en ocasiones, también con los pies). Somos así de listos porque un ancestro del género Homo (¿erectus?) se alzó del suelo y dio dos pasitos, como los bebés. Esa capacidad de moverse en posición vertical, sobre dos patas, es la que distinguió a los primeros humanos de las otras bestias y la que finalmente nos permitió dominarlas. También es la responsable de nuestros dolores de espalda, pero esa es otra historia».  / ULI WIESMEIER / CORBIS

«Imprescindible artículo  con una muy buena selección de los títulos más hermosos que puedas leer nunca, nos traslada a unas enseñanzas que no se pueden olvidar»

«Realmente caminar es una de las mejores formas de hacer volar el pensamiento»

» Lo recomiendo a todo caminante que desee deleitarse con las mejores anécdotas de aventuras, y sus increíbles descripciones del paisaje y su gente..( la poca gente encontrada en el camino…) Saludos y a seguir caminandooooo la vida.»

Así opinan los lectores, así que no dejeis de leerlo pinchando en el enlace azul de arriba. Y a disfrutar…

¡ Buen Camino y buena Lectura!

Lago, árbol, montaña

 

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LAGO, ÁRBOL, MONTAÑA

ERASE una vez un lago. Por encima del lago azul y del cielo azul se elevaba, verde y amarillo, un árbol de primavera. Al otro lado el cielo descansaba serenamente sobre la bóveda de las montañas.

Un caminante se hallaba sentado a los pies del árbol. Pétalos amarillos caían sobre sus hombros. Estaba cansado y había cerrado los ojos. Un sueño cayó del árbol amarillento y le envolvió.

El caminante se empequeñeció y se convirtió en un niño, que oía cantar a su madre en el jardín de detrás de la casa. Vio volar una mariposa, amarilla y delicada, de un amarillo alegre contra el azul del cielo. Corrió detrás de ella. Corrió por los prados, cruzó el arroyo , cruzó el lago. Entonces la mariposa voló alto  sobre el agua clara, y el niño echó a volar detrás de ella, flotando alegre y ligero, volando feliz por el espacio azul. El sol brillaba sobre sus alas. Voló en pos de la amarilla y voló sobre el lago y sobre las altas montañas, y allí estaba Dios, cantando encima de una nube. Le rodeaban los ángeles, y uno de los ángeles se parecía a la madre del niño y sostenía una regadera inclinada sobre un macizo de tulipanes, para que pudieran beber. El niño voló hacia él, y se convirtió en otro ángel, y abrazó a su madre.

El caminante se frotó los ojos y volvió a cerrarlos. Arrancó un tulipán rojo y se lo puso a su madre en el pecho. Arrancó un tulipán y se lo puso en los cabellos. Angeles y mariposas volaban, y todas las aves y animales y peces del mundo estaban allí, y cualquiera de ellos a quien llamara por su nombre volaba hasta la mano del niño y le obedecía, se dejaba acariciar, se dejaba interrogar y se iba cuando le dejaban.

El caminante se despertó y pensó en los ángeles. Oyó el susurro de las finas hojas del árbol y oyó la vida sutil y silenciosa que recorría el árbol de abajo arriba en corrientes doradas. La montaña le contemplaba, y Dios se apoyaba en ella con su manto marrón y cantaba. Su canción se oía a través de la extensión transparente del lago. Era una canción sencilla,  que se mezclaba y sonaba al unísono con las  tenues corrientes de energía del árbol, y con las tenues corrientes de la sangre del corazón, y con las corrientes tenues y doradas que fluían  del sueño y recorrían su cuerpo.

Entonces también él empezó a cantar, lenta y suavemente. Su canción carecía de arte, era como el aire  y el vaivén de las olas, era sólo un murmullo y un zumbido de abejas. La canción contestaba al Dios que cantaba en la lejanía, a la corriente que cantaba en el árbol, a la canción que fluía en su sangre.

El caminante cantó durante mucho rato, como suena una campánula al viento de primavera y como una langosta hace música entre la hierba. Cantó durante una hora, o durante un año. Cantó de modo infantil y divino, cantó a la mariposa y a su madre, cantó al tulipán y al lago, cantó a su sangre y a la sangre del àrbol.

Cuando reanudó la marcha y se adentró corriendo, abstraído, en la cálida región, fue recordando poco a poco su camino, su meta y su propio nombre, y que hoy era martes, y que más allá pasaba el tren de Milán. En un lugar muy lejano todavía se oía un canto, en la otra orilla del lago. Allí estaba Dios con su manto marrón, todavía cantando, pero el caminante, poco a poco, dejó de percibir el tono.

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EL CAMINANTE
prosas, poemas y acuarelas de Herman Hesse.

Estas prosas y poesías  se cuentan entre las más hermosas del premio Nobel de literatura. Fueron escritas en 1918, tras un largo periodo de abstinencia literaria durante el cual Hesse se dedicó a asistir a los prisioneros de guerra, y documentan una de las fases más importantes de su evolución: el distanciamiento de los rituales de la existencia y la seguridad burguesas, el paso de la vida activa a la vida contemplativa. Son el preludio de las obras posteriores de Hesse: El último verano de Klingsor, Siddharta, En el balneario y El lobo estepario.

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( dedicado a Carlocha )

Si un amigo se nos va,

el alma queda mermada,

al no tenerlo p’andar…

~~~

¡ Carlocha, buen compañero,

quiero volverte a encontrar,

en el cruce de un camino

para poderte abrazar !

~~~

Te marchaste de repente

sin podernos avisar…

¡ Cuanto vacío nos dejas

siendo joven tu amistad !

dejando huella en la tierra

por tu gran humanidad.

~~~

¡ Muñonero, voy a ir a visitar

esas cimas segovianas

en las que echastes  a andar !

porque tú nos invitaste…

¡ Así se dijo y se hará !

~~~

La vida sigue p’alante

¡ Yo no te quiero olvidar !

Continúa en el camino,

hasta llegar al lugar,

donde las almas se juntan,

donde volvamos a hablar.

~~~

Y en el ocaso del monte,

y en el nuevo amanecer,

oteando el horizonte…

¡ espero volverte a ver !

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